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Ingesta de agua y cálculos renales

Los cálculos renales, también llamados urolitiasis, es una patología común que afecta alrededor del 10% de la población en países desarrollados, al menos una vez en su vida. Las tendencias recientes muestran aumento en la prevalencia de los cálculos.

Los hábitos dietéticos, juegan un papel muy importante en el desarrollo de cálculos.

Hidratación: un papel reconocido en la prevención de la recurrencia

Actualmente, el papel de una mayor ingesta de líquidos como medio de prevenir la recurrencia de cálculos renales está ampliamente reconocido. De hecho, esta herramienta se ha utilizado desde tiempos de Hipócrates.
Una adecuada ingesta de líquidos permite reducir la concentración de las sustancias implicadas en la formación de cálculos, reduciendo así su grado de saturación en orina (una condición imprescindible para la cristalización y el primer paso hacia la formación de cálculos).

Muchos estudios demuestran los efectos benéficos de una mayor ingesta de líquidos (y, consecuentemente, de un mayor volumen de orina) sobre la prevención de la formación de cálculos. La evidencia científica más sólida proviene de un ensayo controlado aleotario de cinco años, realizado entre pacientes reclutados después de su primer episodio de cálculos de calcio de origen idiopático. Dicho estudio demuestra que los pacientes a los que se recomienda aumentar la ingesta de líquidos para lograr un volumen de orina superior a los 2 litros diarios lograron reducir la recurrencia de cálculos renales en comparación con otro grupo al que no se hizo dicha recomendación. ¹

La Asociación Europea de Urología² recomienda aumentar la ingesta de líquidos, independientemente del tipo de cálculo, para lograr un volumen de orina superior a los 2 litros diarios, además de dar otros consejos relativos a la dieta y a una vida sana.

Recomendaciones para bajar el riesgo de cálculos renales²

¿Qué papel juega la hidratación en la prevención del primer cálculo?

Varios estudios apuntan que la deshidratación crónica por distintas causas (como trabajar en un entorno caluroso o el esfuerzo físico) aumenta el riesgo de incidencia de cálculos.³ ⁷ Los datos también sugieren que los cálculos renales se producen con mayor frecuencia en áreas geográficas de clima cálido. En países como Arabia Saudita, más del 20% de la población desarrolla cálculos renales, mientras que el riesgo es solamente del 12-13% en Norteamérica y del 5-10% en Europa.⁸ También existe una variación estacional en la incidencia de los cálculos, dado que las mayores tasas se producen en verano.¹⁰ ⁹

Asimismo, algunos estudios demuestran la relación existente entre la ingesta de líquidos y el riesgo de cálculos entre la población sana:

  • En dos amplios estudios se observó que, la ingesta total de líquidos se asociaba de manera significativa y negativa al riesgo de cálculos renales.¹¹ ¹²
  • Se realizó un ensayo de intervención controlado de tres años, donde se dio un programa  educativo de hidratación saludable para la prevención de cálculos renales. La intervención se hizo en una población que vive en un clima cálido y se comparo con una población similar que no recibió el programa educativo. Los resultados muestran que la población que sí disfrutó del programa educativo presentaba un mayor volumen de orina y una menor incidencia de cálculos que la población que no recibió ninguna recomendación sobre su ingesta de líquidos.¹³

También se ha demostrado recientemente que una ingesta adicional de agua de 1,3 l podría reducir el riesgo teórico de cristalización, el primer paso para la formación de un cálculo, en la orina de una población sana, según el índice de riesgo de cristalización de Tiselius.¹⁴

No obstante, aún se necesitan más estudios que confirmen el papel de una ingesta de líquidos adecuada en la prevención del primer cálculo.

Referencias