Para evaluar los hábitos de ingesta de líquidos, un método consiste en pedir a las personas que registren su consumo de bebidas durante el día, suministrando detalles como la cantidad de bebidas y los eventuales aportes en azúcar, jarabes y demás, así como las actividades emprendidas mientras beben. El registro de la ingesta de líquidos es importante para comprender los tipos de líquidos consumidos, así como su contribución en calorías a la ingesta diaria de energía.

Por ejemplo, la ingesta de cafeína y alcohol es importante por su efecto diurético, mientras que la ingesta elevada de bebidas azucaradas se ha relacionado con la obesidad, especialmente en los niños.

Para poder hacer recomendaciones sobre toma de líquidos, es importante recopilar información válida directamente de los individuos. Calcular la cantidad exacta de líquido consumido puede ser un desafío, ya que la misma cantidad de líquido puede ser percibida como mayor o menor según el tipo de vaso.

Cuando la gente tiene sed, ya está deshidratada. Ofrecer consejos prácticos, tener en cuenta las preferencias individuales, facilitar el acceso al agua y proporcionar asistencia cuando sea necesario puede contribuir a mejorar la ingesta de líquidos, especialmente en las personas mayores. En un entorno de cuidados de larga duración, el uso de líquidos subcutáneos es una técnica eficaz para rehidratar a las personas mayores con deshidratación leve; sin embargo, el volumen y el punto de administración de líquido pueden variar.

Objetivos de aprendizaje

• Demostrar la importancia de la evaluación de líquidos y dar ejemplos de registro de líquidos.
• Explicar los desafíos en la investigación de los hábitos de ingesta de líquidos con el fin de elaborar recomendaciones apropiadas.
• Proporcionar consejos prácticos para mejorar la toma de líquidos en ancianos sujetos a cuidados de larga duración.